La selección española femenina cae en la final ante Inglaterra y se queda a las puertas del título europeo
La selección española de fútbol femenino no pudo lograr su sueño de proclamarse campeona de Europa tras caer por 2-1 ante Inglaterra en una final vibrante y muy igualada disputada este domingo. El encuentro, celebrado en un estadio repleto y con gran expectación internacional, fue un auténtico duelo de titanes entre dos de las grandes potencias del fútbol femenino actual.
España comenzó el partido con personalidad, fiel a su estilo de posesión y juego combinativo. Durante la primera media hora, las dirigidas por Montse Tomé dominaron el centro del campo y generaron varias ocasiones claras, pero no lograron concretar. Inglaterra, más directa y vertical, aprovechó un error defensivo para adelantarse en el marcador en el minuto 38 con un potente disparo desde fuera del área.
En la segunda parte, España reaccionó con coraje y logró empatar gracias a un tanto de Aitana Bonmatí, que culminó una gran jugada colectiva con un remate ajustado que superó a la portera inglesa. El empate devolvió la ilusión a las españolas, que mantuvieron la presión y buscaron el segundo gol, pero Inglaterra respondió con fuerza.
Cuando todo apuntaba a la prórroga, las inglesas aprovecharon un saque de esquina en el minuto 87 para marcar el gol de la victoria, en una acción muy protestada por las españolas por posible falta en el área. El tanto cayó como un jarro de agua fría para España, que no pudo reaccionar en los últimos minutos del encuentro.
Pese a la derrota, la selección española femenina ha firmado un torneo brillante, demostrando un altísimo nivel competitivo y un crecimiento notable en los últimos años. Jugadoras como Aitana Bonmatí, Alexia Putellas y Olga Carmona han brillado con luz propia, y el equipo ha conquistado el respeto y la admiración del mundo del fútbol.
Este subcampeonato, aunque amargo, refuerza el papel de España como una de las selecciones más prometedoras del panorama internacional. El futuro es esperanzador y el sueño del título, aunque esta vez escapó por poco, sigue más vivo que nunca.